Visión de los vencidos
Relaciones indígenas de la Conquista
José Arturo Salcedo Mena
jasmena EN apolo.acatlan.unam.mx
23 de agosto de 2004
Visión de los Vencidos es un reflejo del sentimiento de los mexicas antes, durante y después de la Conquista. Miguel León Portilla es quien hace la inconmensurable labor de organizar textos traducidos del náhuatl para proporcionar la perspectiva de los aztecas de lo que fue la llegada de los españoles a su imperio. Visión de los Vencidos está compuesto por una serie de documentos indígenas que relatan los hechos acaecidos desde poco antes de la llegada de los españoles hasta la rendición de México-Tenochtitlán. Las narraciones describen meticulosamente y de manera espléndida el encuentro (encontronazo dirían algunos) que los nativos de México tuvieron con los españoles.
León-Portilla deja hablar a los documentos indígenas por ellos mismos, no acude a modelos extranjeros, a modelos occidentales, para explicar la historia de México. El autor nos permite pasar de la visión del México para otros al México para sí (al México para nosotros), del México objeto al México sujeto. León-Portilla permite hacer una lectura de la situación de la Conquista de México en la que se considera a los mexicanos como sujetos de su propia historia, más allá de la lógica que sugiere que México se define por la perspectiva de los españoles, los vencedores.
Antes de Visión de los Vencidos, el único testimonio organizado sobre la Conquista era la crónica victoriosa de los propios españoles. Este trabajo privilegia la esencia, la naturaleza y las dimensiones internas de la cultura prehispánica, aspectos que se pierden en las otras historias de México cuando se privilegian las manifestaciones externas, las manifestaciones occidentales. En otras palabras, aspectos que se pierden cuando se trata de estudiar y explicar la historia de México desde la historia de Occidente.
La serie de textos náhuatl recopilados por León-Portilla constatan que los indios tuvieron conciencia de lo que les ocurrió a la llegada de los españoles. Los relatos testifican los presagios que anunciaron el desastre, la imagen que los indígenas se formaron acerca de los españoles, el avance de Cortés por tierras mexicanas en dirección a la metrópoli, las batallas heroicas de los habitantes del imperio azteca en su vida y de su cultura y la ruina final del mundo mexica.
Los textos que presenta León Portilla fueron en su mayoría rescatados por frailes franciscanos en su afán de comprender al otro, de salvarlo y de cuidarlo (que salvaron además a los indígenas del exterminio total) y del afán de los indígenas por que perdurase su raza y su creencia.
Los pasajes indígenas reflejan la grandeza y el poderío de la raza azteca. Un aspecto sugestivo que nos relatan los documentos, y que es generalmente relegado cuando se estudia nuestra historia, es que la caída del imperio azteca no fue una derrota humillante, fue producto de una cruenta lucha en la que hubo bajas tanto del lado azteca como del lado español. Una lucha en la que los aztecas salieron victoriosos de numerosas batallas y que dejaron a los españoles en muchas ocasiones “llenos de pavor”. En la guerra, nos relatan las fuentes recopiladas por León Portilla, ningún azteca hizo alarde de miedo, ninguno se sintió tímido, nadie mostró ser femenil, todos se mostraron viriles, fuertes y valientes frente al enemigo. La caída de México-Tenochtitlán no fue producto del vencimiento apabullante de los españoles, fue producto de la rendición del emperador Cuauhtémoc, que viendo el llanto, el hambre, el sufrimiento, la angustia y la destrucción ocasionados por la guerra decidió entregarse, pedir a su pueblo que no peleara más y pedir a su enemigo que le diese muerte.
Otra parte interesante de Visión de los Vencidos, y que no debe ser olvidada en la lectura y en los análisis de la obra, es la correspondiente al Apéndice. En este segmento León Portilla nos narra una visión presta y sucinta de la evolución del México antiguo: de su metrópoli, de su sociedad, de su cultura y del papel de la guerra. Es en esta parte donde el autor subraya la importancia de Tlacaélel, el consejero de reyes, quien dirigió y consolidó el poderío y grandeza de su pueblo durante el siglo XIII. Fue también él quien decidió dar a su pueblo una nueva versión de la historia para inculcar en él la creencia en los mismos dioses, el espíritu místico-guerrero del “pueblo del Sol” y de su misión en la faz de la tierra. Al conocer el rol que tuvo este personaje en la historia, es inevitable pensar en la necesidad de un Tlacaélel contemporáneo que dirija a los hijos del pueblo del Sol hacia una meta gloriosa.
Visión de los Vencidos es en suma un análisis histórico de la Conquista de México y de sus conquistados con categorías propias de su realidad, es un modelo histórico propio hecho por los antiguos mexicanos. Visión de los Vencidos hace a un lado el colonialismo histórico que fuerza el comportamiento de los hechos para que se ajusten a los modelos de los países dominantes.
Los documentos presentados por León Portilla muestran la génesis del trauma que dejó en el alma azteca la destrucción de su ciudad y de su cultura. No obstante, desde esta visión de los vencidos, el mexicano puede reconciliarse con la conquista, perdonar el daño que nos hicimos y hasta reconocer el arrojo de la espada y el fervor de la cruz. La historia del mexicano no es una historia de derrotas, nuestra identidad no debe estar forjada en el despojo que sufrieron los aztecas y que es representado en Visión de los Vencidos. Es cierto que hubo una cultura original, que la cultura azteca es nuestra cultura madre, con la cual nos sentimos férreamente identificados; pero también es cierto que tenemos una cultura paterna que es la española (a la cual generalmente rechazamos). El mexicano no es indígena ni es español, es precisamente la mezcla de estas dos razas. Somos mexicanos.
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